El proyecto parte del desarrollo de un elemento lineal, doblado y curvado construido con una barra maciza de acero de 25 mm de diametro. Estas líneas metálicas ordenan un programa de oficina en dos plantas.
Ante la imposibilidad de abrir huecos o modificar el perímetro , se toma la decisión de trazar el elemento identificativo mediante un lenguaje geométrico basado en la unión entre curvas y rectas. Este lenguaje se presenta en todas las escalas, configura los diferentes tipos de huecos, el mobiliario y la iluminación
La materialidad es utilizada para aportar identidad a los diferentes espacios individuales. Primero encontramos la zona abierta, con materiales neutros y tonos claros que permiten subrayar las geometrías lineales de la pérgola en los espacios comunes. Los espacios pequeños se panelan en cerezo con espesores y curvas imposibles. La paleta de ambas materialidades se funden en el sótano. Solo en los baños, únicos espacios totalmente cerrados, se opta por el uso de colores intensos y complementarios.
Partiendo de este concepto geométrico y material, el proyecto se desarrolla hacia el detalle. La coordinación entre los diferentes oficios artesanos (carpintería, cerrajería, cristalería…) fomentando la ilusión por el trabajo bien hecho es clave para resolver este proyecto de espacio y elementos.